Читать книгу Поцелуй и другие легенды. Уровень 1 / El beso y otras leyendas онлайн

– En efecto, – dice otro, – nos traes aquí para conocer a una dama y apenas si vemos nuestros propios dedos. Es un sitio muy oscuro.

– Y, sobre todo, hace un frío que parece que estamos en Siberia[32], – añade un tercero, abrigándose en su capa.

– Calma, señores, calma, – interrumpe el anfitrión. – Todo se provee. ¡Eh, muchacho! – prosigue, dirigiéndose a uno de sus asistentes. – Busca un poco de leña por ahí y enciende una buena hoguera en la capilla mayor. Tengo el placer de presentaros a la dama de mis pensamientos[33]. Creo que convenís conmigo en que no exagero su belleza.

Los oficiales vuelven los ojos al punto que les señala su amigo, y una exclamación de asombro escapa involuntariamente de todos los labios.

En el fondo de un arco sepulcral revestido de mármoles negros, se arrodilla delante de un reclinatorio, con las manos juntas y la cara vuelta hacia el altar, ven, en efecto, la imagen de una mujer tan bella, que jamás sale otra igual de manos de un escultor, ni el deseo puede pintarla en la fantasía más soberanamente hermosa.

– ¡En verdad que es un ángel! – exclama uno de ellos.

– ¡Lástima que sea de mármol! – añade otro.

– No hay duda de que aunque solo sea la ilusión de estar junto a una mujer tan bella, es suficiente para no despegar los ojos en toda la noche[34].

– ¿Y no sabéis quién es ella? – preguntan algunos de los que contemplan la estatua al capitán, que sonríe satisfecho de su triunfo.

– Recordando un poco del latín que supe en mi niñez, consigo, con dificultad, descifrar la inscripción de la tumba, – contesta el capitán. – Y por lo que puedo comprender, pertenece a un título de Castilla, famoso guerrero que hizo la campaña de Italia con el Gran Capitán; he olvidado su nombre, pero su esposa, que es la que veis, se llama doña Elvira de Castañeda[35]. Por mi fe, si la copia se parece al original, debe ser la mujer más hermosa de su siglo.

Después de estas breves explicaciones, los invitados, que no pierden de vista el objetivo principal de la reunión, abren algunas de las botellas y se sientan alrededor del fuego. El vino empieza a circular entre ellos.