Читать книгу Поцелуй и другие легенды. Уровень 1 / El beso y otras leyendas онлайн

4. Nosotros sabemos dónde está el restaurante.

5. Vosotros sabéis nadar muy rápido.

6. Ellos saben mucho sobre historia.

7. Ella sabe cocinar platos deliciosos.

8. Ustedes saben bailar salsa.


3.

1. Я умею говорить по-английски и по-французски.

2. Ты умеешь играть на пианино очень хорошо.

3. Он знает ответ на вопрос.

4. Мы знаем, где находится ресторан.

5. Вы умеете плавать очень быстро.

6. Они много знают о истории.

7. Она умеет готовить вкусные блюда.

8. Вы умеете танцевать сальсу.

Los ojos verdes

Hace mucho tiempo, yo quería escribir un libro con este título[49]. Hoy, quiero hacerlo y lo escribo con letras grandes en la primera página de papel. Luego, voy a dejar que la pluma vuele libremente.

Creo que he visto unos ojos como los que dibujo en esta historia[50]. No sé si es en sueños, pero los veo.

No puedo describir exactamente cómo son, los ojos brillan y son transparentes como las gotas de lluvia que resbalan sobre las hojas de los árboles después de una tormenta de verano[51]. De todas formas, confío en la imaginación de mis lectores para que me entiendan en este boceto de un cuadro que algún día pintaré.

Capítulo 1

El ciervo está herido… está herido; no hay duda[52]. Se ve la sangre entre las zarzas del monte, y al saltar un arbusto, sus piernas han flaqueado…

Nuestro joven señor comienza donde otros terminan… en cuarenta años de caza, no he visto un mejor golpe…[53] ¡Pero por San Saturio, patrón de Soria! corten su camino por los árboles de carrasca, animen a los perros, toquen las trompetas hasta quedarse sin aliento, y azoten a los corceles con una espuela de hierro en los costados: ¿no ven que se dirige hacia la fuente de los Álamos y si la cruza antes de morir, podemos considerarlo perdido?

Las laderas del Moncayo repitieron el sonido de las trompetas, el latir de los perros sueltos y las voces de los pajes resonaron con furia renovada, y la confusa multitud de hombres, caballos y perros se dirigió al punto que Iñigo, el principal cazador de los marqueses de Almenar, señaló como el mejor para cortar el paso al animal.